¿Por qué montar una empresa en España es como correr una maratón… con piedras en los zapatos?

Montar una empresa en España no es especialmente complicado. Lo que es verdaderamente difícil es gestionar esa empresa una vez la has puesto en marcha.
Y no porque falten ganas, ideas o talento. Sino porque hay toda una lista absurda de requisitos, trámites y obligaciones que consumen una cantidad de tiempo y energía desproporcionadas… y te alejan de lo que realmente importa: atender bien a tus clientes y generar valor de forma rentable.

Podría sonar a exageración. Pero veamos algunos ejemplos reales, que bien podrían formar parte de una historieta de humor negro empresarial:

  • Debes tener un responsable de protección de datos para no vulnerar la LOPD. Por supuesto, tendrás que pagar a un asesor externo… que probablemente no pisará tu empresa en su vida.

  • Debes cumplir con la ley de prevención de riesgos laborales, aunque trabajes en un despacho pequeño, sin maquinaria, perfectamente acondicionado. También aquí, pagarás a un asesor que rellenará formularios para justificar que no hay peligro.

  • Debes pasar por el notario para hacer prácticamente cualquier cosa, desde constituir la empresa hasta firmar una póliza de crédito. Como si los empresarios necesitaran un tutor que supervise cada movimiento “porque no saben lo que hacen”.

  • Actúas como recaudador de impuestos del Estado… sin cobrar por ello. Y lo peor es que la Agencia Tributaria ya tiene toda tu información. Parece que el sistema está diseñado para que te equivoques y así poder sancionarte.

  • Pagas una barbaridad de Seguridad Social por tus trabajadores. Pero si eres administrador, ni paro ni pensión. Asumes el riesgo, sostienes la estructura… y el sistema te deja fuera de la red.

  • Si despides a un trabajador, debes indemnizarle. Pero si se va él, aunque hayas invertido tiempo y dinero en su formación, no tienes derecho a nada.

  • Si necesitas financiación, dependerás de unos pocos bancos que siguen sin entender qué es una startup. Te prestan dinero para comprar una nave industrial, pero si les hablas de software, escalabilidad o reducción de costes, desconectan.

  • Si ofreces servicios, prepárate para competir con lo “gratuito”. Patronales, sindicatos, ayuntamientos… todos prestan servicios parecidos, sin cobrar. Eso sí, se financian con tus impuestos. La competencia desleal institucionalizada.

  • Si un trabajador coge la baja, mejor ni preguntes qué le pasa. Podría considerarse acoso. Y si no vuelve en seis meses, te aguantas: seguirás pagando parte de su cotización… y al sustituto.

  • Si ganas dinero, prepárate. Te mirarán mal. Te fiscalizarán más. Dudarán de ti. Porque en el fondo, ganar sigue estando mal visto.
    Pero si tienes que cerrar, tampoco será fácil. No basta con decir “esto no ha funcionado”. Tendrás que pagar por disolver la empresa… como si fallar fuera un delito.

En España hay más de 100.000 leyes activas.
Sí, has leído bien. Cien mil.
Lo más probable es que hoy hayas incumplido alguna… sin darte cuenta.

Así que si tu empresa sigue en pie, felicidades. Y si además estás al día con todo, incluso con ganas de crecer… alégrate de no estar en la cárcel.

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Jordi Mercader

Emprendedor, inversor y mentor empresarial.

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