Antes mandaba el miedo. Ahora, lo aspiracional
Hace 30 o 40 años, muchas decisiones importantes se tomaban desde el miedo: miedo a perder el trabajo, a no llegar a fin de mes, a quedarse fuera del sistema. Ese miedo era duro, pero claro. Sabías a qué atenerte y qué evitar.
Hoy, ese miedo se ha colado por la puerta de atrás y ha sido sustituido por algo mucho más sutil y agotador: lo aspiracional.
El nuevo motor social: parecer más que ser
Ya no se trata solo de no cagarla, sino de parecer que lo tienes todo mejor que el vecino. Más likes, más seguidores, mejor coche, móvil de lujo nada más cobrar. No porque lo necesites, sino porque “hay que estar a la altura”.
Y ese constante esfuerzo por aparentar, por “ser más”, es agotador. Porque nunca es suficiente. Porque la barra se sube cada día más alto.
¿Estamos mejor o solo corremos más?
Pasamos de vivir con miedo a vivir comparándonos. De intentar sobrevivir a intentar impresionar. Y la verdad, no sé tú, pero yo tengo mis dudas de que esto sea un progreso.
Con el miedo sabías a qué agarrarte. Con lo aspiracional, corres sin saber ni por qué ni hacia dónde.
¿Tú qué opinas? ¿Estamos mejor o solo hemos cambiado el motor por otro igual de frustrante?
